Amyl and The Sniffers

Volvemos a la palestra musical criaturil con más mujeres ‘Salvajes’, rebeldes y empoderadas que demuestran que hay que seguir luchando a pesar de las circunstancias, momentos oscuros y desgracias imprevisibles.

El pasado lunes BERNARDO DE ANDRÉS se desmarcó con una delicia sónica perfecta para quien suscribe con la CxS, STEFF FISH y su oscuro proyecto de Heavy Metal Prog de rebabas Grunge y Occult Rock proveniente de New Castle, UK, GIANT WALKER. Absorventes y magnetizantes como poco.

Cambiemos de tercio para acabar esta semana normal en publicaciones, que ya era hora. Toca insuflar adrenalina y recrudecer la website porque la banda y la protagonista de hoy vienen pidiendo paso urgente desde hace una semana con motivo del lanzamiento de su esperado tercer disco. La australiana AMY TAYLOR y sus AMYL AND THE SNIFFERS vuelven a Criaturas Salvajes, una vez más,  porque se han convertido, por derecho propio, en la ‘banda-a-seguir’ con un seguimiento en medios, plataformas digitales y asistencia a sus bolos absolutamente brutal e inesperado para una banda de sus características. Vamos a ver qué se traen entre manos esta vez estos cafres de las Antípodas…

Ms. Taylor proviene de la modesta, pequeña y rural localidad aussie de, ¡ojo!, Mullumbimby, cercana a Melbourne. Nuestra bestia rubia acaba el instituto y se muda a la capital para intentar estudiar algo ‘serio’ y vivir experiencias extremas y es precisamente con sus compañeros de piso que se gesta, practicamente sin quererlo, una de las combinaciones más explosivas del momento en tanto en cuanto al punk ‘old school’ 70’s.

Lo cierto es que Dec Martens (guitar), Bryce Wilson (drums) y Fergus Romer (bass) tan sólo sabían algún acorde mal tocado sin más y no tenían pretensiones serias más allá de maltocar en las excesivas fiestas en pisos de estudiantes, pero una noche que volvían de una party, a la enérgica e hiperactiva Amy Taylor (luego se lo cambió por Amyl), se le ocurrió ponerse a berrear por encima de las cutres covers que salían todavía de sus instrumentos.

En poco tiempo, ¡¡¡por no decir en pocas horas!!!, y con el instrumental más cutre y austero que tenían en su cuchitril, compusieron sus primeros cuatro temas sin temor a las inexperiencia creativa o a la presión de no saber hacia donde se dirigían sus letras y/o riffs. El nihilismo y el tener más cara que espalda como imposición fue crucial para crear su primer EP, Giddy Up (2016), que apestaba a ‘demo’ por los cuatro costados, ¡de hecho se grabó esa misma noche! y demostraba ya una fijación enfermiza por el punk/New Wave del ’77 con Ramones, New York Dolls, Dead Boys, Pistols y los primeros Blondie pero también el de principios de los 80’s con Black Flag, The Plasmatics, Germs, Gits… así como de referentes más autóctonos tipo The Saints o The Birthday Party.

La semilla, la caradura y los ovarios de nuestra protagonista estaban puestos sobre la mesa y tan sólo les faltaba pulirse un poco a nivel de grabación e imagen (los ‘mullets’ como cabelleras estaban aún por llegar…) así, en 2017, lanzan su segundo EP, Big Attraction (2017) (ahora sí, ya con ‘mullets’ e imagen 80’s), que si bien se aleja del sonido ‘demo’ sigue ofreciendo esa peligrosidad y aristas underground componiendo su primer ‘instant classic’ caso de «I’m Not A Loser».

Es hora de asaltar a lo grande los oídos más hambrientos de la vieja magia punk y, bueno, gracias a su demanda en festivales importantes en el país de los canguros, su gira abriendo para Cosmic Psychos y su creciente reputación en UK y Europa les permite en 2018 realizar su primer tour como cabezas de cartel en Inglaterra así como estrenarse en Yanquilandia hace cinco primaveras al abrir para sus paisanos King Gizzard and The Lizard Wizard. Sólo les faltaba conquistar el mundo… y no les iba a resultar muy complicado como leeréis y visionaréis aquí abajo…

¡¡¡Y vaya si lo hicieron!!!, a nivel underground y de prensa muy especializada, eso sí, pero en 2019 el debut homónimo en largo de los de Melbourne fue un auténtico puñetazo en la mesa de la escena underground aussie con certeros pepinazos caso de «Gacked on Anger», «Got You» o «Cup Of Destiny», o los más suicidas y vertiginosos «GFY» (Go Fuck Yourself) y «Punisha» demostrando con creces que dominaban como nadie esa combinación suicida de Punk Rock, Street Punk, Hardcore y New Wave. Fue mi disco del año, y no sólo hablo de esta web en concreto, hablo de MI DISCO DEL AÑO, you know??…

La fama de Amyl y sus ‘Esnifadores’ sólo hizo que aumentar exponencialmente a medida que el disco iba envenenando oídos y su reputación en directo, con una Taylor imprevisible y espídica (en la línea Wendy O., Debbie Harry (mal que le pese a nuestra protagonista…) y Mia Zapata (The Gits)) y unos Dec, Fergus y Bryce derrochando macarrismo, se han convertido hoy en día en un auténtico reclamo para todo aquel que necesite de sensaciones fuertes y conciertos con muuucho peligro…

Ir subiendo de categorías en el mundo del Rock’N’Roll y de la música en general les ha brindado colaboraciones tan jugositas como este acercamiento frikie psychedelic country de Amy junto los Viagra Boys…

Viene la pandemia y la banda tiene que suspender giras contratadas por Europa y EEUU, así que toca volver a Australia para aprovechar el encierro y componer los temas que conformarán el difícil segundo disco con las expectativas de millones de fans tras el pelotazo comercial de su debut.

A pesar del efecto sorpresa de su sobresaliente Opera Prima,…¡¡¡se superaron!!!, Confort To Me (2021) mejoró el debut contra todo pronóstico, con una producción superior y jactándose de una colección de canciones exhuberante, fresca, imbatible y rematadamente molona. Los referentes siguen ahí, Dead Boys, Pistols, Dolls, Wendy O… se agitan que da gusto en la cocktelera ‘Sniffer’ con tres incontestables singles («Guided By Angels», «Security» y «Hertz») que ya apuntaban lo que luego confirmaron después hostiazos sin control como «Freaks To The Front», «Choices» y los disparos old school punk a matar caso de «Maggot», «Capitol» o «Don’t Fence Me In»…

Los Sniffers habían vuelto a demostrar que no eran tan sólo una moda o un ‘one hit wonder’. Habían vuelto para quedarse… y para pelarse el culo encima de los escenarios de medio mundo y saliendo en los Late Nights de más enjundia…

Y llegó el tercer disco de los aussies, el disco de la consagración/consolidación de la banda, Cartoon Darkness (2024). Un disco que, me da a mí en la nariz, ha sido criticado incluso antes de haberse publicado.

Se nota que están en el ojo del huracán y que mediáticamente generan mucha expectación y opiniones contrapuestas, y eso hoy en día no es precisamente lo más normal en una banda de punk rock… ¡pero no se puede juzgar un disco sin haberlo escuchado o habiéndole dado tan sólo una oportunidad!.

Sí, es un disco con menos pepinazos hardcore punk que los anteriores, que incluso propone cortes tranquilitos y seudo-baladas… ¡pero es que una banda necesita evolucionar y probar cosas nuevas!. Ojo, no digo con esto que ya no sean Amyl & The Sniffers, ¡para nada!, siguen siendo unos cafres redomados, con unas letras ‘rednecks’ totales y están más posicionados que nunca en ser políticamente incorrectos con modas, sociedad, política y la doble moral imperante. ¿Qué son si no esos demoledores «Jerkin'», «It’s Mine», «Motorbike Song» o «Pigs»?

Pero aquí también se encuentran esas composiciones a medio camino entre el punk, el proto-punk y la new wave que tan bien se le da a la banda, caso de «Chewing Gum», los cachondos e irónicos «Tiny Bikini», «Doing In Me Head» y «Do It Do It» que son muy bien recibidos por quien suscribe porque demuestra que tienen su propio sonido, mal que les pese a muchos…

Los cortes más diferenciales y con cierta intención de evolución los conforman los más oscuros, losers y desengañados medios tiempos vacilones como «U Should Not Be Doing That» seudo-rapeado de una forma cachondísima (como el clip que lo acompaña), así como también los más afectados y reflexivos «Big Dreams», o los claramente posicionados y empoderados en la new wave como «Bailing On Me» o el juerguista y ochentero «Me and The Girls». Canciones que confirman que la banda no desea proponer el mismo disco una y otra vez y que, sutilmente, gusta de experimentar con otros estilos y nuevas vias de expresión. Me ha gustado mucho el disco. Sinceramente.

Llegó el deseado momento de ‘BOLA EXTRA’ para que Amyl se explique en su hábitat natural tanto en formato clip como, sobre todo y ante todo, encima de un PUTO ESCENARIO!!!. ¡¡¡Qué le dan a esta mujer de comer!!!…

No podía faltar la versión oficial en videoclip…

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