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Nasty Cherry

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Tras una semana muy dedicada a la literatura gracias a los distintos Merodeos que han venido cayendo a lo largo de los días , vamos con un poco de música al canto. En numerosas ocasiones a la hora de selección bandas o cantantes me basó no sólo en estados de animo sino también en la temperatura ambiental , así que esta semana dónde parece que lo lúdico vuelve a nuestras vidas tras una mala temporada pues nos vamos por tal derrotero

Mi cuarentena se ha mantenido a base de frikadas, o sea que a nivel visual hemos matado el tiempo en horas de wrestling, la estratósferica serie de dibus de Batman Beyond , documentales de Fútbol Americano ( genial Last Chance U ) , por supuesto la 3 o 4 revisión de Friday Night Lights , y lo que nos acontece la serie documental dirigida y producida por la criatura Charli XCX , IM WITH THE BAND , NASTY CHERRY. Pues a la serie y a la banda NASTY CHERRY va la Criatura de hoy , a mi juicio algo más refrescante , comercial y chicletero de lo habitual pero ajustado para tiempos de liberación ( o eso espero ) y de olvidar malos tragos para afrontar los complicados retos que se avecinan . No vayan pues pensando en cosa seria sino en algo para entretener aunque a mi juicio de factura notable

CHARLI XCX , la cual ya paso a formar parte del mundo de criaturas merced a ese discazo de punk pop que era Sucker, es una chica lista , muy muy lista que además conoce el negocio como nadie. Desde su triunfo como compositora desde sus primeros tiempos, quién no recuerda áquel I Love It de las Icona Pop ha seguido una carrera ascendente y cuando parecía que la cosa del negocio no iba a sonreir nada mejor que reinventarse como creadora televisiva. Su idea de  juntar a cuatro chicas jóvenes que no se conocen de nada para formar una banda de pop-rock no es algo nuevo pues bandas prefabricadas siempre ha habido pero si eso da para unas buenas horas de entretenimiento pues bienvenido sea

Gabby Bechtel, Chloe Chaidez, Georgia Somary y Debbie Knox-Hewson son las  Nasty Cherry o la banda de chicas que siempre hubiera querido tener Charlie XCX  como referente cuando era niña . A lo largo de los diferentes capítulos del documental, podemos como progresan  estas cuatro jóvenes en su alocada carrera de artistas bajo la mirada de Charli XCX que de pronto se convierte en compañera de juegos y al poco en dura jefa en pos de a sabiendas de que todo eso de la banda es como la creación de una girl band comercial sólo que aquí ampliando la versión de unas Spice Girls mucho más gamberretas y locas  

Conociendo a la mentora y como es el diseño de la serie , episodios de escasos 30 minutos, se pueden imaginar que todo va de una locura sin pies ni cabeza dónde no hay nada demasiado cabal además de un rodaje desquiciado y poco profesional en su montaje. Ahí es dónde radica su éxito o lo amas u lo dejas a la primera de cambio . Con un nombre de serie IM WITH THE BAND como el nombre del libro de memorias de la famosa groupie Pamela Des Barres ( no se le escapa una a Charlie ) recorremos la odisea de las 4 chicas en busca de la fama . Debbie Knox-Hewson, a la batería  es una de las dos realmente profesionales ya que era la batería  de la propia  Charli , siendo la otra Chloe Chaidez cantante del grupo Kitten a la guitarra, mientras que Georgia Somary al bajo, y Gabby Bechtel  una modelo y exbailarina cuyo parecido con una joven Angelina Jolie no pasa desapercibido ( y a tenor de su fama sobrevenida a nadie ) , como cantante principal son noveles en esto de la música .  Por supuesto la banda tiene canciones , pese a que en uno de  los episodios se marcan una fiesta de promoción sin tener nada entre manos, que se recogen en un primer ep títulado SEASON , en honor a su primera temporada  Win, primera canción de Nasty Cherry, parece un tema es muy Sky Ferreira ( otra criatura que debo rescatar en cuanto saque su lp tan largamente esperado ), amiga y colaboradora de Charli . Fuck Modern Love nos remite a los sonidos de los 80’s a lo actual retrowave mientrás que Music With Your Dad es una adaptación al siglo xxi del pop punk noventero con su comercialidad de chicas picantes . Brian Soup parece sacada del Sucker de la Charli con ese recuerdo a las Vanity 6 principesca con esos bajos funk y esos teclados salidos de repetidas escuchas del Dirty Mind, sin duda el mejor tema del lote Hello We’re Nasty Cherry, no es una canción sino una parida de las niñas que se presentan en tu casa y Live Forever , otra vuelta a los 80,s completan ese primer EP

Como hay temporada dos pues logicamente empiezan a caer nuevos temas What Do You Like In Me, con un vídeo que recuerda a los filmes de serie b de los videoclubs de los años 80; Shoulda Known Better, su mejor canción , todo un hitazo de pop punk modernillo muy a lo Charli igualmente y I Am King que circula por los mismos ambientes de la anterior canción 

Que Nasty Cherry son un artificio es una obviedad. Que se ha planteado como un tramposo  Gran Hermano musical es obvio Pero  también hay talento en ciernes porqué entre las coñas, la desidia y las historietas sin sentido hay trabajo en su interior hasta el punto que las chicas ya trabajan como una banda de verdad como acreditan sus propios directos . Imagino que este post les chocara pero les garantizó que es un buen divertimento para estos días dónde lo trágico da paso a lo ludico antes de que nos llegue la hostia de la cruda realidad para muchos de nosotros. Pronto ya vendrán bandas más serias mientras dejense caer por la BOLA EXTRA 

 

 

Shane Seng

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Shane vuelve de una fiesta cuando ya amanece, con el corazón tal vez simplificado y la conciencia ampliamente cósmica. Parece limpia, purificada, como después de un prolongado sufrimiento o de haber sobrevivido a un intenso dolor.

Lleva un vestido negro de noche que ya está acartonado o coagulado, a deshora de su tiempo feliz. La mañana está todavía cruda y cruel de realidad, como si nadie la oyera, llenándose de una luz del color de las cuatro paredes de piedra, desnivelada de atmósfera.

Shane está hermosa, pero no sólo de belleza, sino, sobre todo, de otras cosas dobles en dualidad de dos, como esos ojos en simetría azul del exacto color de la lluvia, de un preciso color sardina, con un perfecto sonido de goterón.

Shane está hermosa como si no tuviera madre, o como si tuviera dos madres, una a cada lado, discretas como sonoras campanas, como dos bahías en la tarde calurosa. Shane lleva, quizá, algo más de mostaza que ayer, o un amor mal aprendido, como cuando un negocio no marcha bien y acaba quebrando por la izquierda o por la derecha.

Tiene unos enormes puntos de amor, abundantes como una familia numerosa y escondidos como los barrios de poniente. Inseparables, impares, señalando el vertiginoso sitio donde el alma asoma a la hora de comer o de amar. 

Puesta, parada, quieta, con algo de pingüino, Shane pregunta con sus ojos de mirada seria, con el eterno amor de los vivos, con las actualidades y los abrazos, con los sentimientos de las jóvenes viudas.

Tal vez tendríamos que buscarla más adentro o más afuera de ella misma, allí donde empiezan los grandes bosques o allí donde se abandona el límite mental, siempre al sur de la noche, siempre desconfiando del deseo repentino.

Está hermosa de pelo despeinado, desordenado, que le despeina el pómulo y le pone una ligera nube de pelos sueltos alrededor de la cabeza. Tiene los labios secos, y sus manos no son todavía de mujer, sino de muchacha que las utiliza para trabajar o para agarrarse con fuerza a los andamios de la vida.

Luego, después, más tarde, mañana, otro día, Shane regresará a su casa, pensando y no pensando, se tomará un café con leche mirando por la ventana, extrañamente serena y sabia, templada por el cansancio, haciéndose la sueca si le conviene.

Kylie

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No sabemos si Kylie va o vuelve, si está en el ponte bien o en el estate quieta. En todos los asuntos relativos de la vida, en los encuentros con simples seres humanos, Kylie es siempre la referencia total, la que pone las coordenadas del espacio y del tiempo, la que lleva el glamour con detalles rococó.

Kylie se viste para que todos la vean fascinante, para que la miren como si fuese una aparición, una diosa, una diva, y ya nunca puedan olvidarla.

Tiene las medidas generosas de una soprano, y en la foto parece una mujer seria o preocupada o ausente, con la mirada perdida de una pepona.

Kylie está donde está porque se lo ha ganado, naturalmente, su madre quería que pusiera una tienda de pocas cosas tranquilas, quizá de prendas íntimas o de artículos de regalo, pero Kylie tenía una fiebre interior y la pasión de ánimo de una maría antonieta, así que necesitaba una vida a lo grande, un destino tremendo con la hoguera de las vanidades ardiendo en el centro y enormes mansiones con cuadras de caballos y viajes alrededor del sol y amores y amantes.

Viéndola ahora, con la capa caída y el perrito en el regazo, se impone una pregunta: ¿se está cumpliendo el destino por el que Kylie renunció a un buen negocio de prendas íntimas?

Sara Sampaio

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Sara va de muchacha portuguesa de la vida, de la calle, del mundo. Sigue teniendo, claro, una belleza excepcional, hasta es posible que apreciemos más y mejor su belleza al verla en seco, en mortal, en humana a la que podríamos preguntarle dónde está la parada del tranvía –con el riesgo de no poder olvidarla nunca más-.

Luego, más tarde, otro día, los encargados harán que su belleza excepcional sea galáctica, increíble, mágica, insoportable: algo por lo que se podría morir. Ahora, con su bolsito al hombro y el pelo que no ha tenido tiempo de lavarse, Sara podría ser la vecina guapísima que, siendo niños, nos hizo sentir por primera vez el poderío de la belleza; los terribles síntomas del enamoramiento instantáneo y eterno; la imagen de una mujer que no podía ser solamente humana. Y mientras, Sara, siempre rodeada de pretendientes, iba haciendo sus cursos de contabilidad, de inglés, de informática, de vida.

Cuando nos cruzábamos con Sara por la escalera, nuestros cables de conexión con la actualidad, con la realidad, quedaban fundidísimos, y tardábamos dos o tres horas a reponernos de lo más crudo del calambrazo, claro, entre atontados, encantados y embelesados: felicísimos.