Fieles siempre a la cita con vosotr@s lunes y viernes es el momento de más Criaturas Salvajes, de no parar de descubrir lo que la inabarcable faceta artística femenina nos depara sin descanso. La semana comenzó con una ‘entrecomillada’ continuación de la CxS del viernes, The Dollyrots, pues mi fiel colega volvió a nuestro rico filón punk, esta vez de la mano de THE DROOGUETTES y su old school punk oi de rebabas 80’s. Imagen y actitud, ¡son buenísimas!.
Me dejo una vez más hipnotizar por el fuzz, si me lo permitís. Vuelvo a un terreno en el que me encuentro realmente cómodo, el ‘Stoner’, y en este caso el más apegado al Heavy Psych Blues de corte ácido y fumeta de la mano del nuevo trabajo de THE BLACK WIZARDS y de la consagradísima JOANA BRITO que ya reinó en el blog prohibido (¡sí!, una vez más hay que remarcarlo…) con su primer LP, Lake Of Fire (2015). El tercer disco Joana & Cia os adelanto de antemano que continúa su imparable línea ascendente en calidad y sonido…
Y bien, con un marco de fondo en el que las diversas setas más alucinógenas y los ‘reflejos’ más kaleidoscópicos campan a sus anchas en aras de expandir hasta el infinito la creatividad musical de este sideral combo, unos breves datos biográficos para situar a los neófitos en ‘Brujas Negras’. La banda se forma a principios de década por Joana Brito y Paulo Ferreira (guitar) a los que poco más tarde se les une Helena Peixoto (drums) y Joao Mendes (bass) sacando a principios de 2015 su primer E.P., Fuzzadelic, muy influenciado por Cream y Jimi Hendrix pero también por Black Sabbath, Nebula, Janis Joplin, Zeppelin y Kyuss.
En el mismo año y con la creatividad fluyendo sin cesar, publican su debut en larga duración, Lake Of Fire (2015) añadiendo más LSD si cabe al asunto y adentrándose claramente en el Stoner más ‘Occult Rock’ y saturado sin perder su faceta ‘bluesy’. Una Obra Maestra del estilo, sin ninguna duda por mi parte, que los encumbró a lo más alto en la escena mundial y que les hizo girar ya por Escandinavia, Alemania, Holanda, etc,… y liderar ya festivales del género en nuestro propio país. Me enorgullezco de tener este disco en vinilo con el exhuberante artwork realizado pero, sobre todo, porque me lo regaló Mr. B firmado por todos los componentes de la banda. Gracias siempre amigo.
Pero si uno no tuvo suficiente con el ampuloso ‘Lago de Fuego’, dos años después arribó a nuestra psique el que los acabó de consagrar sí o sí como uno de los ‘popes’ indiscutibles del Proto Heavy y el Psychedelic Blues tanto en su Portugal natal, mirando ya a la cara a combos de primera línea como Solar Corona, Miss Lava o It Was The Elf, como en la escena internacional. En primer lugar, la escucha de What The Fuzz! (2017) se convirtió en toda una experiencia sensitiva y sensorial, desarrollando descaradamente su faceta más ‘jammy’, fumeta, lisérgica, flotante o como coño queráis llamarlo alejándose del ‘desierto’ y decantándose claramente por el blues psicodélico tomando como referente principal a la mismísima Experience de Jimi Hendrix.
Era obvio que What The Fuzz! todavía abrió más puertas si cabe en todos los sentidos pero las diferencias creativas y los compromisos en directo comienzan a pesar en Helena Peixoto más de lo esperado y abandona la formación lusa en 2018. Este hecho hace replantearse nuevos retos evolutivos a la Brito por lo que decide llevar el peso máximo en la composición y hacerse con los servicios del batería Joao Lugatte.
Y así, en el presente 2019 y a finales del pasado agosto, la tercera obra de The Black Wizards ya es una jodida realidad que se desarrollará de maravilla en tu subconsciente consciente. Reflections (2019) es el disco mejor gestionado de los Wizards tanto en melodías, producción y arreglos, con ‘tormentas’ desérticas como ese “Imposing Sun” que abre la vía hacia el espacio infinito, pero también con mucho acid blues psych de la mano del sometedor “Outlaws”, el tremebundo (¡porque no se puede definir de otra manera!) groove setentero de “56th Floor” y el absorvente “Symphony for the Ironic Sympathy” emborrachado de capas de texturas y distorsión cuando la canción lo demanda. Lo que en mi caso más se agradece y refresca es su claro decantamiento y experimentación con el soul blues (sin dejar los opiáceos, claro está…) en cortes alejados de la saturación fuzz caso de los hipnóticos “Starlight” tan jazz soul y el ‘hendrixiano’ “Soul Keeper”. Llegamos a Marte con la mente expandida al máximo y enrojecidos ojos kaleidoscópicos de la mano de los subyugantes cantos de sirena de Joana Brito en “Kaleidoscope eyes” y las explosiones stoner/siderales instrumentales de Paulo Ferreira y la base rítmica de los Joao’s. Un lujazo de casi siete minutos para aterrizar en el Planeta Rojo…‘I see Reflections… Kaleidoscope Eyes…Coloring my vein…‘
Conclusión, excepcional viaje al epicentro de los 60’s con una Joana Brito llevándonos en volandas hacia el infinito como si de una reencarnación de la Joplin del S.XXI se tratase, sin excesivos despliegues vocales pero tocando la fibra SIEMPRE. ¿Necesitas ‘flotar’ un ratito?… esta ‘BOLA EXTRA’ te lo pone en bandeja de plata…