Qué subidón estamos sintiendo esta semana en nuestras carnes pero también en nuestro corazón y nuestra alma como website. Este proyecto de CRIATURAS SALVAJES no existiría sin nuestra Musa indiscutible, DOROTHY, la húngara-estadounidense afincada en L.A. la que, obviamente sin quererlo ni tampoco pretenderlo, nos iluminó el camino en aquel verano de 2016, como muy bien se ha encargado de expresarlo y documentarlo a la perfección (y con el corazón en la mano) el pasado lunes mi compañero y camarada, Bernardo de Andrés, verdadero descubridor de la Diva definitiva del Rock’N’Roll del S. XXI.
Así es como comenzamos a existir, así es como comenzó esta iniciativa, única en España (y puede ser que en el Mundo Mundial) en donde la prioridad absoluta sois vosotras, las mujeres que vertéis todo vuestro talento, actitud y capacidad creativa para crear auténtica magia con vuestro instrumento y ofrecéis clase, entrega y pasión encima de un escenario. Ese es nuestro cometido, visibilizaros SIEMPRE.
Recordar que como verdadero colofón al texto de Mr. B, tenéis una impresionante recopilación y retrospectiva de la Martin con temas cruciales en su carrera, rarezas, acústicos y singles que no han sido incluídos en ninguno de sus discos. IM-PRE-SIO-NAN-TE…
Y bueno, me toca escribir unas líneas en esta segunda parte. No me voy a poner excesivamente nostálgico, eso lo ha hecho fantabulosamente bien Mr. B. Mi cometido tiene que ver con la contextualización y pequeña retrospectiva para quien no la conozca y cubrir la más rabiosa actualidad de la de Budapest, pues a mediados del pasado mes de abril lanzó su tercer bombonazo discográfico en formato LP. ROCKISDEAD???, NO WAAAY!!!…
Fue todo un shock descubrir el acojonante debut de la angelina Dorothy en 2016, se lo agradeceré a mi colega Bernardo toda la vida porque, al igual que él, comencé a darme cuenta de que no dedicaba todos mis esfuerzos musicales a las mujeres como debería, además, un disco de MATRÍCULA, sí, así es, de M-A-T-R-Í-C-U-L-A, como Rockisdead (2016) era para quemarlo una y otra vez sin descanso. Huelga decir que lo convertí en Pupilandia en ‘Disco del Año’ por razones más que evidentes con esa propuesta blues rock mezclada con Black Sabbath, stoner y vintage rock. Pero la Martin no es ‘Dorothy’, hay una ‘Dorothy Band’ que le cubre las espaldas, con diferentes formaciones y músicos que entran y salen con cada nuevo disco, pero que se encargan de ofrecer esa crudeza pero también esos matices tan distintivos que hacen del ‘producto Dorothy’ algo tan reconocible e identificable desde el primer segundo.
Nuestra Criatura Salvaje, con aquel primer E.P. de 2015 y su ganador Rockisdead (2016) no tardaron en hacerse un demoledor hueco en la escena vintage y rock’n’roll hartándose de participar en festivales, copar listas y convertirse en un auténtico acontecimiento en la costa Oeste para extender sus tentáculos a la Este y conquistar el mercado neoyorkino. Hacía mucho tiempo que un fenómeno alejado de la música comercial mainstream (y encima de sexo femenino) no explotaba con semejantes dimensiones.
Hay que acometer el disco de consolidación y madurez en 2018. La Martin, como os decía, no estaba sóla, en realidad la banda que la fortalece y encumbra en aquel momento (la formación cambió casi al completo), la Dorothy Band, con Owen Barry (guitar), Leroy Wulfmeier (guitar), Eliot Lorango (bass) y Jason Ganberg (drums) no son mancos y sabían con quien se la estaban jugando porque tuvieron que adaptarse rápido a las nuevas circunstancias pues una pieza clave se iba a unir tras los controles, la mismísima Linda Perry, sí, la Perry que nos encandiló a todos con 4 Non Blondes y que actualmente combina labores de producción con la composición para gente de la talla de P!nk, Gwen Stefany o Courtney Love entre muchos otros. Dorothy apuntaba alto con lo que estaba por venir…
En julio de 2017 vino la primera sorpresa, un single independiente al nuevo disco, “Down To The Bottom”, que, si bien no se alejaba en demasía de la disciplina de Rockisdead, nos ponía los dientes largos para con lo que estaba por venir. Poco más de medio año después nos regaló, por fin, 28 Days In The Valley (2018), un disco que no repite los esquemas de la fórmula cruda y sexual de su Opera Prima y es de agradecer, pues volver a explotar la fórmula Delta Blues/Stoner/Sabbath hubiese sido lo más fácil. Para que os hagáis una idea, si el anterior era puro sexo, dominación, alcohol a espuertas y visceralidad, 28 Days In The Valley era emocionalidad, LSD y cierto halo de espiritualidad, en definitiva que el Blues del Mississippi practicamente desapareció para copar casi todo el protagonismo la psicodelia de San Francisco y el verano del amor. Según Linda Perry afirmó en su momento, ’28 Days… intentaba explotar el lado frágil y las debilidades de Dorothy y considero que lo ha conseguido…‘. Una terapia perfecta para eludir adicciones y desengaños sentimentales añadiría yo. Aquí una prueba audiovisual de ello…
Esto sigue, ‘Black Sabbath Vol.4 y ‘middlefinger’ para pasar página…
En fin, a partir de aquí Dorothy se consolida como artista y como banda a tener en cuenta en todos los festis habidos y por haber en el país de las barras y las estrellas, se harta de salir en programas de TV y Late Nights, además de realizar ya giras en solitario y encabezando dobles carteles.
La vida en la carretera es dura y monótona aflorando los excesos y pululando sustancias varias que ayudan a sobrellevar el desgaste y un hecho va a ser fundamental para convertirse en el concepto de las nuevas canciones que van a venir. El técnico de guitarra sufre una sobredosis de heroína en plena gira en 2019 y técnicamente se le da por muerto unos minutos. El drama es máximo y, al parecer, se obra el milagro. Dorothy lo cuenta así:
‘…Estoy sentada allí respirando y cogida de la mano de mi ingeniero de sonido. Estoy como, ‘Quien esté ahí, envíalo de vuelta. Dale otra oportunidad’. Después de unos momentos de silencio, esta voz me dijo: ‘Está bien, lo enviaremos de regreso ahora’. Y luego abro los ojos, todo el color había vuelto a su piel. Abrió los ojos y estaba vivo, y no podía creerlo…”.
Podamos creérnoslo o no, el hecho de esa resucitación y esa ‘voz’ fueron la semilla que ha inspirado su tercera obra en estudio denominada Gifts From The Holy Ghost (2022), pero antes ya dió señales de vida el pasado año con un sencillo que no iba a incluirse en el álbum tan tremendo como sorprendente por sus aires neo soul y gospel ‘a la Adele/Duffy’, “What’s Coming To Me”… ¡¡¡increíble clipazo!!!…
Y bien, ¿de qué va Gifts From The Holy Ghost (2022)?, conceptualmente ya os lo imagináis por lo expuesto más arriba, un album construido y compuesto desde la sobriedad, el cambio a un estilo de vida más, digamos, ‘saludable’ y la espiritualidad. Imagino que no tanto desde el punto de vista de la religión, sino de la creencia de un más allá. No me queda claro del todo…
Musicalmente, ¡aquí es donde se encuentra la verdadera miga del asunto!, Dorothy vuelve a cambiar ligeramente la formación, sigue contando con Eli Wulfmeier (guitar), Eliot Lorango (bass) y Jason Ganberg (drums) pero se hace con los servicios de Devon Pangle (guitar) que muy pronto es sustituido por Sam ‘Bam’ Koltun conocido por pertenecer a mis admirados Faster Pussycat. El estilo del disco está claramente decantado hacia el Stadium Rock más que nunca, una colección de 10 canciones orientadas a alentar a las masas encima de un escenario y generar histeria colectiva, un ‘rosco’ directo y a la yugular que presume de una producción musculosa a la par que cristalina, de claras sonoridades Hard Rock 80’s con toques blueseros que remiten a su LP Debut, momentos soul/gospel, hachazos heavymetaleros/ochenteros, vintage rock vs. rock alternativo/modern rock. Pero vayamos por partes, “A Beautiful Life” comienza mandando, imponente Hard Rock que pone bien a las claras a qué ha venido Dorothy en este 2022; “Big Guns” coquetea con el country & blues de fraseos modernoides con una base rítmica potentísima; llega “Rest In Peace”, arriba uno de los puntos álgidos del disco, calma y tormenta, intimismo y explosividad, caída y resurgimiento, castigo y redención; “Top Of The World”, primera incursión en el Vintage Rock de escuela Rival Sons/Wolfmother, un temazo vacilón, como a ella le nace parirlos; “Hurricane” nos devuelve a ese Hard Vintage ochentero en guitarrazos y arreglos aunque de semilla blues.
Cara ‘B’, vamos con la powerballad del disco, “Close To Me Always” cambia totalmente el registro (que no de década) con bases programadas y otro claro acercamiento Neo Soul a la Adele más apasionada pero también al AOR. Interpretación vocal sublime y sobrada de voz, bueno, como en todo el disco. ¿hablaba de cambio de registro?,… ¡porque vaya pepinazo supone “Black Sheep” en nuestros mismísimos morros!, una ‘badass song’ en toda regla, guitarrazos por doquier, fraseos gospel metalizados (¿y guiño en la plegaria a ”Enter Sandman”?), solazo de guitarra, explosividad en la base rítmica… ¿Se nota que es mi tema favorito?…
“Touched By Fire” no baja el nivel, ¡qué cojones!, pero se va a terrenos claramente boogie blues, la interpretación más rasgada y agresiva de la Diva, sin lugar a dudas. Otro pepinazo. “Made To Die” sigue con esa intención de sorprender en el tracklist, nos encontramos delante de un trallazo modern rock como bien podrían facturar Halestorm o The Pretty Reckless, muy cercano al Metal en el riff y muchas capas de guitarra. Arribamos al colofón final, el tema/título del disco, “Gifts From The Holy Ghost”, una composición de classic southern rock 70’s deudora tanto de The Black Crowes como de The Allman Brothers añadiendo gospel, épica e intenciones epatadoras para el directo. Su tema más ‘Rock Cristiano’ en la letra (…). En conclusión, un discazo de tomo y lomo, muy diverso y poliédrico, con momentos para todo y para todos y, sobre todo, la certeza de que la Martin ha venido a rockear bien duro desde el optimismo y la fe… ‘Gracias al Espíritu Santo’… Todo hay que decirlo, que desde esta web adoremos a nuestra protagonista, no no es eximente para que este fleco conceptual me haga estar en guardia ante discos venideros… pero, qué duda cabe, ¡de momento es un pepinazo indiscutible!.
Acabando, hora de ‘BOLA EXTRA’, con esto de la semana ‘Especial Dorothy’ me acabo de tomar un buen copazo de Albariño y empiezo a sentir todavía más euforia de la que he sentido empezando a escribir este post. Espero que, como mínimo, hagáis lo mismo disfrutando de los clipazos que también se marca nuestra inspiración más absoluta.
Una jodida apuesta asegurada sus descargas en directo. Su hitazo, “Whisky Fever” comienza, tras un cachondo ‘speech’ con su bajista, en el minuto 2:45… Por cierto, clicar en ‘Watch On Youtube’ porque desde aquí no vas a poder apreciarlo…