Ruby The Hatchet

Última entrada al uso de este 2022 con novedad discográfica criaturil. Os recordamos, una vez más, que la semana que viene es nuestra ‘Semana de Reflexión’ en la que nos devanamos los sesos para poner en lo más alto a las CRIATURAS SALVAJES de este 2022 que más nos han llamado la atención en 12 estilos musicales distintos, además de realizar una elaborada maquetación colocando dos CxS’s por estilo + ‘BOLA EXTRA’. Comprenderéis ahora el por qué no estaremos con vosotr@s la semana que viene… ¡aunque sí la siguiente!, con nuestros ‘Especiales: Mejores Criaturas Salvajes 2022’ los días 19 y 22 de este mes de diciembre.

Pero antes de acometer mi apuesta final de año, os aviso que la semana en la website ha sido más movidita que de costumbre a pesar de estar todo Dios de puente. ¡¡¡En Criaturas Salvajes no descansamos!!!. El martes mi majestuoso, inabarcable y fantabuloso Bernardo de Andrés se nos fue a Corea del Sur para traerse la picantona propuesta ‘K Punk Pop’ del chisporroteante trío RUMKICKS que pusieron una nota de colorista Punk con sus guitarrazos irresistibles y sus crestas prominentes. No contentos con esta sorpresa, nos vino otra, esta vez de la mano de nuestro ‘protector’ en la sombra, Ángel Ferrer, que volvió a deleitarnos de nuevo con un nuevo ‘Merodeo’ dedicado a ‘Andrea’ y su tímida pero atractiva mirada…

Y ahora sí, ha llegado la hora de hablar de uno de los discos más esperados esta temporada en tanto en cuanto a Heavy Psych y Occult Rock se refiere y de una de las frontwomans más rotundas en el estilo, la inalcanzable JILLIAN TAYLOR. Hoy toca volver a colocarse en algún espacio interplanetario con RUBY THE HATCHET. ¡¡¡Flota!!!…

No me extenderé en demasía (la Taylor ya se ha coronado en dos ocasiones por aquí), tan sólo refrescaré algún dato de su carrera. Se forman en 2011 en New Yersey para trasladarse inmediatamente a Philadelphia en donde establecen su base de operaciones con la banda cohesionada y pulida en tiempo récord gracias a tener un concepto muy claro de lo que querían y a la versatilidad y clase instrumental de sus componentes. Sus integrantes, liderados por el magnetismo ocultista y misterioso de Jillian Taylor (vocals), son la propia ‘sacerdotisa’ del invento, Johnny Scarps (guitar), Lake Muir (bass), Owen Steward (drums) y la protagónica presencia en los teclados de Sean Hur.

Su discografía ya da generosos frutos con su primer álbum, Ouroboros (2012) al que le sigue el E.P. Eliminator en 2014 y el más árido y desértico Valley Of The Snake (2015) que los confirma como uno de los combos determinantes y cruciales en la escena Heavy Psych y Vintage/Occult Rock encabezando ya sus propias giras y dando espectaculares sensaciones encima de los escenarios de los festivales americanos y europeos…

Llegamos a 2017 para disfrutar del tercer álbum de los de New Yersey, Planetary Space Child (2017), cumpliendo con su disciplina de publicación cada tres años. La tercera obra de los Ruby The Hatchet iba a tener algunas diferencias con Valley Of The Snake. El disco continua la senda del proto metal más psicodélico y oscuro, con canciones largas y muy bien desarrolladas pero esta vez prescinden del fuzz y del apego al Stoner para adentrarse en parajes siderales, dejando que la estela de Hawkwind se funda, cosmicamente hablando, con los acostumbrados sabores a Uriah Heep, Sabbath, Priest y Deep Purple que siempre han sido básicos en su sonido. Si hay algo que caracteriza a la banda, aquello que te hace identificarla desde el primer instante, esa es la combinación de la magnífica voz de la Taylor y la omnipresencia de los teclados de Sean Hur haciendo éste último un trabajo absolutamente espectacular desde “Planetary Space Child” pasando por las impresionantes odas que veneran el intervalo entre el 65′ y el 75′ tanto del ocultista y tenebroso “Pagan Ritual” como del contraste rítmico de “Symphony Of The Night”, eso sí, sin dejar pasar sus acostumbrados ramalazos NWOBHM. El disco de consagración de RTH y de Jillian Taylor…

Justo antes de que la pandemia nos pusiese bajo cerrojo, la banda se desmarca con una excelsa cover del clásico de Uriah Heep, “Easy Living”. No me digáis que la banda no hace una defensa espectacular del himno de uno de sus indiscutibles totems…

Arribamos al momento de la verdad y verdadero motivo de este post. El cuarto trabajo de los yankees lleva por título el tajante Fear Is A Cruel Master (2022), primer álbum para el sello Magnetic Eye Records. Si algo hay que remarcar en líneas generales, para empezar, es que es un disco compuesto en circunstancias pandémicas, ya tenían algunos temas esbozados antes de que el bicho nos asolase y, para mantener la mente ocupada, continuaron componiendo por separado, hecho éste al que no estaban acostumbrados pues su dinámica de composición parte del ‘jamming’ en su cuartel general. Por otra parte, vuelven a aterrizar en el mundo terrenal alejándose de terrenos Space Rock para volver al Heavy Psych y el Vintage Prog más genuino y setentero, eso sí, con un trabajo de melodías y estribillos más Pop y pegadizo que en anteriores obras. Me gustan las ocho composiciones, ¡mucho!, pero si tuviese que destacar algunas sobre otras, diría que el arrollador Occult Rock de “Thruster” y el gemazo proto Metal de “Deceiver” serían mis favoritas, aunque no quiero dejar pasar de ninguna de las maneras la más experimental (y jazzy por momentos) “Soothsayer”, con todos los miembros de la banda teniendo su momento de lucimiento personal y los grandiosos medios tiempos de “1000 Years” (quasi Doom) y “Last Saga” con nuestra Jillian acogiéndonos en su particular trono de sombras y sensualidad ocultista. Cierran con la majestuosidad ‘sabbathica’ de “Amor Gravis”, una composición de contrastes rítmicos y un trabajo de guitarra y teclados por parte de Johnny Scarps y Sean Hur respectivamente, absolutamente sublime…

Y hasta aquí hemos llegado este año con las novedades y últimas reseñas del 2022 en CRIATURAS SALVAJES. Recordaros que el primero de los Especiales será publicado el 19 de diciembre y el segundo el 22-D. Me despido con una ‘BOLA EXTRA’ de auténtico lujo, y es que la clase, el carisma y el talento de la Taylor y sus Ruby The Hatchet no están al alcance de cualquiera…

 

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